Terminamos un año complicado en el que estuvimos varios meses confinados, sin salir de casa más que para actividades básicas, sin poder ver ni a familiares ni amigos, en que no pudimos ni abrazarnos ni besarnos, en el que no pudimos viajar, y en el que peor aún, han perdido la vida millones de personas y muchas otras quedaron con secuelas. Ahora comenzamos un año nuevo y distinto, entre la esperanza y el temor, esperanza en que la nueva vacuna nos permita ser los de antes, aunque habiendo aprendido muchas cosas, a ser solidarios, desprendidos, más conscientes del mundo que nos rodea, y de toda la felicidad de la que eramos poseedores sin saberlo... Pero también con temor, a que la vacuna no sea lo suficientemente efectiva, a que la gente siga muriendo, o quedándose sin empleo, a la pobreza, a los vaticinios catastrófistas y al propio miedo... Sin embargo tenemos que ser fuertes y no rendirnos, luchar, porque esta situación se terminará y ojalá sea en este 2021. Esperemos. De todo corazón os deseo lo mejor. Feliz año.