Yo no la conocía, es cierto, pero trabajaba en un comercio de la calle Benito Corbal, cerca de la casa donde, por motivos personales este año tengo que pasar unas temporadas, y el miércoles 22 de Agosto, mientras disfrutaba del fresco en mi ventana, asistí, testigo no buscado, a la manifestación que, familia y amigos habían convocado para evitar que su caso caiga en el olvido.
Yo no la conocía, es cierto, y no se de su caso más de lo que dicen los periódicos, de como fue su último día, que se hizo y que se dijo ,pero el recogimiento, la tristeza, los aplausos, lo que vi ese día desde una posición hasta cierto punto privilegiada, me ha llegado al alma, y me limito a pedir lo que ellos piden, que los que sepan o tengan algo que ver con la desaparición de Sonia, que sean valientes y clementes y que confiesen, para poner fin al sufrimiento de todos los que la querían, que dura ya más de dos años.
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